andar a la búsqueda de una sombra incoherente puede traer estas pérdidas. y todavía no empezó a amanecer.
La palabra que es mi nombre
rompe las colmenas de un cuerpo.
Hamaca agiganta colibríes.
El alias primera persona de lo que soy.
La voz cóncava que deletreo callado, el pulso nativo de mis plantas.
Crea sed donde hubo alquimia, túnel donde bocanada:
mi nombre codifica la avidez de mis suelas,
el doble creciente carnal de la locura:
un intenso orgasmo de violetas que solo quiebro cuando creo
el rastro de un incendio.
La palabra que es mi nombre no entiende
las coordenadas del insomnio o el veneno.
Anda diciendo silencios.